Hay que reciclar, está claro. Existen muchas y diversas iniciativas para ello. Por la web se pueden encontrar montones de ejemplos de reciclaje o reutilización de elementos para otros fines distintos a los que en principio estaban destinados.
Pero seguramente nadie haya visto algo como esto:
Un camión reconvertido en gallinero, con todo lujo de detalles; para que a las gallinitas no les falten la luz ni el aire, en vez de cerrar la puerta, se les pone un somier y ¡listo! Problema arreglado.
¿Y al otro lado?
Ajá, la puerta secreta, por la que tienen acceso al jardín privado. Si es que no les falta de nada. Hasta un palet -realmente no sé para qué- tienen las aves gallináceas. Así cualquiera pone los huevos bien gordos.
Esto es arte rural en estado puro, ¿o no?
Hace 7 años
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